En este artículo te voy a contar sobre uno de mis autores favoritos, Philip K. Dick. Me voy a centrar especialmente en aquellos conceptos que salieron en su cabeza y en algunos hitos de su vida.
Al final del artículo te voy a sugerir, según mi punto de vista, cómo puedes comenzar a leer la obra de este gran escritor, que predijo un futuro muy parecido al presente que estamos viviendo.
Si estás buscando un nuevo autor para leer, o si ya conoces algo de Philip K. Dick y quieres saber más, sigue leyendo y descubre a este genio de la ciencia ficción.
Jane, la perdida hermana gemela
No es la idea de este artículo contarte la vida de Philip K. Dick. Sin embargo, en el caso de este autor es imposible no hacer referencia a su nacimiento.
Philip Kindred Dick nació el 16 de diciembre de 1928 en Chicago, estado de Illinois, en Estados Unidos. Llegó al mundo de forma prematura cuando su madre estaba embarazada de seis meses. Y no llegó sólo. Con él nació Jane, su hermana gemela. Pero seis semanas después de nacer, ella murió.
Este hecho afectaría para siempre a Philip K. Dick. Como si una parte de él hubiera muerto al nacer. Y en algún punto algo de eso había ya que la tumba donde fue enterrada Jane tenía al lado un lugar vacante con el nombre de Philip para cuando le llegara su hora.
Imagínate vivir tu vida sabiendo que hay una tumba que ya tiene tu nombre escrito.
Posteriormente, en sus relatos, Philip K. Dick siempre incluiría a una mujer de cabello negro, tal como se imaginaba que Jane sería como adulta.
La paranoia como centro de todo
Cuando se habla sobre Philip K. Dick, se lo asocia a las realidades alternas, a la inteligencia artificial y al cuestionamiento sobre lo que define a un ser humano como tal.
Sin embargo, cuanto más lees sobre su obra, más te das cuenta de que el centro de todo eso era la paranoia que padecía. Él desconfiaba de todo lo que lo rodeaba. Incluidos los objetos.
La idea de juguetes que cobran vida cuando nadie los ve te parecerá una idea de Pixar, pero en realidad esto ya lo planteaba Philip K. Dick en el cuento The Little Movement (1952).
La paranoia llevada al extremo es lo que hace surgir el planteo de si nuestra realidad es verdadera o si en realidad existe. Esto, que parece una paradoja, es uno de los planteos a los que el autor vuelve en diferentes historias como en Ubik (1969) y en Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch (1964).
También de la paranoia se puede desprender el cuestionamiento de qué es un ser humano. ¿Somos realmente humanos? ¿Somos simulaciones? ¿Robots programados? ¿Cómo podemos definirnos como seres humanos? ¿Cuál es la clave? ¿Nuestro ADN? ¿Nuestros recuerdos? ¿La empatía?
La paranoia de Dick no estaba solamente en sus obras. Llegó a pensar que el gobierno lo perseguía, que lo estaban escuchando y que lo querían asesinar.
La ciencia ficción de la persona promedio
Actualmente asociamos a la ciencia ficción a las grandes producciones de Hollywood, con acción y muchas explosiones. Sin embargo, la ciencia ficción es el género literario que se anticipa a los problemas de las sociedades futuras, o que de forma metafórica, retrata a la sociedad actual.
En la ciencia ficción clásica con autores como Isaac Asimov o Frank Herbert, por poner algunos ejemplos, se plantean problemas tecnológicos, demográficos o ecológicos. Grandes cuestiones que requieren que Estados y grandes organizaciones se vean envueltas en su solución. En ese contexto aparecen héroes, heroínas, y mesías.
Los libros de Philip K. Dick son diferentes. En general, retratan la vida y los problemas del ser humano promedio, aunque en un mundo diferente al nuestro.
Si bien muchos autores, críticos y lectores manifiestan que la mirada de Philip K. Dick es decididamente pesimista, yo diría que es más bien gris. Es cierto que en muchos relatos hay grandes crisis, catástrofes nucleares, o el personaje principal se encuentra atrapado más allá de su propia realidad.
Sin embargo, los problemas y preocupaciones que afectan a sus personajes suelen ser los de la persona promedio.
Agorafobia
Aunque llegó a tener empleos como cualquier otra persona, en algún punto de su vida Philip K. Dick comenzó a desarrollar agorafobia. Esto es, el miedo a los exteriores y a estar con otras personas.
La escritura fue la actividad que le permitió trabajar encerrado en su casa para mantener el menor contacto posible con las personas. Pero no todo iba a ser fácil…
Philip K. Dick y las drogas
Dick se había casado con una mujer que tenía tres niñas de un matrimonio anterior. Su trabajo de escritor no le pagaba mal y aunque al principio le había costado, ahora tenía la posibilidad de escribir y vender sus historias.
Pero el dinero no le alcanzaba.
La única forma que encontró para ganar más dinero era escribiendo más rápido y durante más horas. Su cuerpo y su mente no lo resistían así que empezó a consumir drogas, especialmente anfetaminas.
Aunque pueda sonar mal, hay quienes dicen que el efecto de las drogas potenció o al menos alteró su creatividad. Esto es algo común entre artistas. Conocido es el caso de Los Beatles y el LSD.
Justamente se suele asociar a Dick con el consumo de LSD, aunque él siempre declaró que probó esa droga sólo en dos oportunidades.
Experiencias sobrenaturales
Philip K. Dick estaba envuelto en un aire de misticismo, que se mezclaba con su paranoia. Él decía que había tenido encuentros paranormales con extrañas entidades. Visiones, voces y otras experiencias extra sensoriales.
¿Sería por su abuso de drogas? ¿Su condición mental? Lo cierto es que él declaró que una entidad lumínica lo alertó sobre la posible enfermedad de su hijo pequeño, a quien llevó corriendo al hospital.
Los médicos encontraron aquello que la entidad lumínica le había dicho a Dick que el pequeño estaba padeciendo. De esta forma, salvaron su vida.
Legado
Philip K. Dick falleció en 1982 en Santa Ana, California, Estados Unidos. Fue enterrado junto a su hermana gemela Jane, en la tumba que lo estuvo esperando durante 53 años. Pasó de ser un escritor de ciencia ficción ignoto, a una eminencia del género. ¿Por qué?
Lo que ocurrió fue que el mundo en el que vivimos comenzó a parecerse cada vez más a su obra. Temas como realidad virtual, ingeniería genética y sociedad de vigilancia se hicieron cotidianos para nosotros. Y de todos los autores que tocaron estos temas, Dick fue uno de los que mejor los describió.
Si hablamos de realidad virtual y seguimos por el camino que Philip K. Dick marcó, llegamos al género cyberpunk. Este es un sub-género de la ciencia ficción en el que se combinan la informática avanzada con problemas ecológicos, demográficos y económicos.
Algunos consideran a Philip K. Dick como el padre del cyberpunk.
Películas y series inspiradas en la obra de Philip K. Dick
En esta sección haré un resumen porque la cantidad de obras cinematográficas que ha inspirado Philip K. Dick es inmensa.
La mejor y más famosa de todas es Blade Runner, película de 1982, dirigida por Ridley Scott. Está basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) Es sin dudas una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia.
En 1990 se estrenó Total Recall (El Vengador del Futuro, en latinoamérica), dirigida por el holandés Paul Verhoeven y con el protagonismo de Arnold Schwarzenegger. Esta película esta basada en el relato «Podemos recordarlo todo por usted» (1966).
Steven Spielberg dirigió Minority Report en 2002, con Tom Cruise como protagonista. En un futuro cercano, tres mutantes predicen homicidios y la policía de pre-crimen se encarga de detenerlos antes de que ocurran. Este film está basado en el El Informe de la Minoría, escrito en 1956.
En los últimos años se hizo una olvidable serie sobre Minority Report que echaba por tierra el concepto principal del cuento.
En 2003 se estrenó Paycheck, basada en el cuento homónimo de Philip K. Dick, y con el protagonismo de Ben Affleck. Un ingeniero se dedica al espionaje industrial, pero luego de sus encargos, borra sus recuerdos para no levantar sospechas.
En 2011 hubo otra producción basada en una historia de Philip K. Dick: The Adjustment Bureau, con Matt Damon como protagonista. En este relato una agencia del Estado se encarga de manejar el destino de las personas. ¿Qué ocurre cuando alguien quiere seguir su propio camino?
En 2017 apareció la serie Philip K. Dick’s Electric Dreams, donde se adaptan algunos de los cuentos del autor. En mi opinión, la serie no termina de cerrar ya que no adaptaron los mejores cuentos. ¿Por qué? Difícil saberlo. Seguramente sea porque los mejores ya habían sido adaptados anteriormente.
Hay muchas más obras que fueron tomadas de historias de Philip K. Dick como la película Screamers (1995), A Scanner Darkly (2006) y muchas más.
¿Cómo leer la obra de Philip K. Dick?
A continuación, te voy a dar mi opinión sobre cómo conviene leer la obra de este autor. Te aclaro que si bien no he leído toda su obra por completo, he leído varias novelas y casi todos sus cuentos.
Lo lógico que todo el mundo haría sería comenzar por sus novelas más famosas, pero yo creo que eso es un error. Por ejemplo, El Hombre en el Castillo (1962), en el que Dick especula con lo que hubiera pasado si Alemania y Japón hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial.
El problema es que comenzar con esta novela no me parece lo más recomendable. Entenderás poco, verás que le falta algo de acción y que se pone aburrida. Cerrarás el libro y no le darás más oportunidades a Philip K. Dick.
Esto te puede pasar también con otras novelas reconocidas del autor.
Así que lo mejor es comenzar con los cuentos. Yo te recomiendo los siguientes:
- Aquí yace el wub (Beyond Lies the Wub)
- Humano es (Human Is)
- Un regalo para Pat (A Present for Pat)
- El Padre-Cosa (The Father-thing)
- La Segunda Variedad (Second Variety)
Este último es en realidad una novela corta (o un cuento largo). Siempre me pareció uno de los mejores cuentos de ciencia ficción que he leído. Es un claro ejemplo de hasta donde llegaba la paranoia de Philip K. Dick.
Una vez que termines con los cuentos, puedes seguir buscando otros más. Pero si quieres comenzar con las novelas, yo te recomendaría que leas Ubik (1969) y luego el salto natural es a la obra que más me ha gustado de este autor, Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch (1964).
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