En esta entrada vamos a conocer 10 consejos para hacer una exposición oral en la universidad y no morir en el intento.
Para que una exposición oral sea exitosa tienes que dominar el tema de lo que vas a hablar y evitar estudiar de memoria. Además, debes tener un esquema de tu presentación para no perderte. Tienes que hablar claro, en voz alta, haciendo pausas. Puedes tomar a alguien como referencia y apoyarte en materiales como diapositivas. Practicar la exposición es fundamental y sobre todo, tener optimismo y valentía para afrontar el momento.
El pánico escénico
Tener que dar un examen oral o realizar una presentación a un aula repleta puede darte pánico. El miedo a olvidar lo estudiado y los nervios por tener que hablar frente a todos son más comunes de lo que muchos se imaginan. ¿Te sucede a ti?
Veamos uno por uno, todos lo que puedes hacer para que tu exposición oral sea exitosa.
Consejos para hacer una exposición oral en la universidad
1. Domina el tema de la exposición
Piensa en un tema que te apasione, aunque no tenga nada que ver con la universidad o con el estudio. Puede ser cine, fútbol, la vida de las celebridades. Lo que quieras.
Imagina que le tienes que contar algo sobre eso a otra persona. ¿Necesitas preparar y estudiar ese tema? No, porque tienes un dominio de la temática que has desarrollado durante años.
Cuando hablas sobre temas de los que sabes, solo necesitas ordenar un poco las ideas y ellas van fluyendo.
En el caso de una exposición oral en la universidad es lo mismo. El gran desafío es que tienes que hablar sobre un tema del que seguramente no conozcas tanto.
Por lo tanto, la mejor manera de ganar fluidez sobre este tema es estudiándolo.
Desarrolla el conocimiento profundo, descomponiendo el tema en partes, analizando cada una de ellas. Clasifica el tema en función del contexto en el que se encuentra. Estudia todo lo que puedas y luego, lee material complementario.
Saber mucho sobre la temática de la exposición hará que puedas manejar el momento con mayor soltura y así, resolver cualquier imprevisto que surja.
2. Haz un esquema de la exposición
Tu presentación consiste en una secuencia de ideas que tienes que ir conectando una tras otra. Por eso mismo, es fundamental que armes un esquema en papel donde escribas por dónde comenzar, cómo seguir y cómo cerrar la exposición.
Una vez que tengas el esquema en papel, debes volcarlo a tu mente estudiándolo. Busca ideas que conecten cada uno de los temas para que puedas pasar de uno a otro de forma sencilla.
Además, y si te lo permiten, es bueno tener el papel con el esquema en la mano a medida que expones, por si te olvidas algo. Esto tal vez no te sea posible si estás en un examen, pero si es una presentación de un trabajo práctico, seguramente puedas tener una guía o incuso, un soporte de diapositivas. Volveré con esto más adelante.
3. No estudies de memoria
Estudiar de memoria no funciona. Y mucho menos en una exposición oral donde todo el mundo te está observando. Estudiar frase por frase de memoria se notaría y en caso de olvidar algo, no te sería posible recordar todo lo que viene después.
Por lo tanto, volvemos al primer consejo: debes comprender lo suficiente del tema como para poder explicarlo usando tus palabras.
Esto no significa que debas practicar y repetir, pero intenta que tus palabras tengan sentido para ti. Puede que tengas que memorizar algunas palabras, pero evita la memorización de párrafos enteros.
Repasa el artículo estudiar razonando vs. estudiar de memoria.
4. Realiza pausas y habla con naturalidad
Cuando el profesor te dice que comiences, de golpe, tienes mucha información para transmitir y sientes la necesidad de sacarla en el menor tiempo posible. De esta forma, inconscientemente, crees que eso reducirá tu estadía en el centro de la escena y tu sufrimiento será un poco más breve.
Pero no es así, debes hablar despacio y hacer pausas. De a poco, irás completando la exposición oral, no hay necesidad de apurarte.
Las personas seguras de sí mismas y de los temas que hablan, utilizan las pausas y los silencios para generar diferentes emociones en la audiencia. Aprovecha esta ventaja en tu favor.
Realizar pausas no solo proyectará seguridad, sino que incluso puede llegar a disimular o a minimizar algún error que cometas.
Si la exposición es extensa, digamos de media hora o más, es recomendable tener un vaso o una botella de agua para hidratarte durante la exposición. Aprovecha esos momentos para realizar pausas.
5. Habla claro y en voz alta
Te dan la palabra y un hilo de voz comienza a salir de tu boca a regañadientes. Inmediatamente, el profesor te pide si puedes hablar más alto. ¿Te ha sucedido?
Este es un momento incómodo que te condiciona. Es como arrancar con el pie izquierdo. La mejor forma de evitarlo es tomar conciencia de que puede ocurrir. Entonces, al momento de dar la primera palabra, hazlo fuerte. Incluso, es preferible pasarte de volumen, que quedarte corto.
Luego, a lo largo de la exposición oral, habla fuerte y con claridad. Articula bien cada palabra, abre la boca y levanta la voz para que todos te puedan escuchar.
Intenta mantener el mismo nivel de volumen durante toda la exposición oral. Haz énfasis en cada concepto importante.
Respira si te falta el aire y recuerda hacer pausas.
6. Toma a alguien como referencia
¿Sientes incomodidad con la situación de estar frente a todos y tener que hablar? ¿No te gusta estar en el centro de la escena y sentir miradas? No te preocupes.
Algo que puedes hacer al respecto es elegir a una persona del aula que esté ubicada por el centro, o algún compañero que conozcas y hablar a todos, pero mirando a esa persona.
Comienza mirando a esa persona y luego haz un paneo hacia el resto. Habla un poco a la audiencia en general. Luego, vuelve a esa persona, cada tanto, como un punto de referencia. Parte nuevamente desde allí para mover tu mirada y tu cuerpo hacia el resto de nuevo.
Cambiar de receptores con la mirada de forma continua, hace que la exposición sea más natural.
Si sientes cierto vértigo de tanta gente, vuelve a tu persona de referencia. Concentrarte en alguien en particular puede hacerte olvidar del resto.
7. Practica exponiendo a otras personas
Una de las formas más fáciles de practicar para una exposición oral es hablándole a otras personas. Para ello, te puede ayudar un amigo o algún integrante de tu familia.
Cuando lo hagas, procura tener las ideas claras y el esquema ya resuelto. No le hagas perder tiempo a aquellas personas que están intentando ayudarte.
Pídeles una opinión sincera sobre cómo has hablado. Más allá de que el tema pueda ser técnico y ser inalcanzable para quien te escucha, ¿Se ha comprendido la idea? Pregúntales qué opinan de la forma en que hablaste. Del volumen y del tono de tu voz. Pídeles también que evalúen la velocidad con la que hablaste.
8. Apóyate en algún material
En el momento de la exposición puede ser útil apoyarte en láminas, mapas, diapositivas o el mismo pizarrón. Poniendo información allí, te será más fácil recordar lo que explicas y hará que se entienda mejor el concepto que intentas transmitir.
Si vas a crear una presentación con diapositivas, haz que esta siga un orden que responda al esquema original de la exposición.
De este modo, no necesitarás ningún papel para ver cómo vas. Las mismas diapositivas irán guiando los temas que tienes que abordar.
Intenta no llenar de demasiada información las diapositivas. Esto abruma a la audiencia. Pon pocas palabras con conceptos clave.
9. Practica a solas frente al espejo o grabándote
Párate frente al espejo y observa cómo hablas. O, si lo prefieres, grábate con el celular y luego reproduce la grabación para analizra la forma en que lo hiciste.
Observa tu posición corporal, presta atención a tus manos, escucha con atención tu voz y verifica si estás expresando las ideas de forma correcta.
Hacer esto es una buena forma de verte en tercera persona. Puedes corregir dificultades que tengas para expresarte. Además, te acostumbrarás a escuchar tu propia voz.
Repite esto tantas veces sea necesario hasta que te sientas con comodidad.
10. Ten valentía… es sólo una exposición oral
Por último, tienes que ser muy valiente para pasar al frente o para entrar al aula. Muchos estudiantes faltan o se excusan de alguna manera para no enfrentar la exposición.
Tienes que comprender que es sólo un examen y que tendrás muchos no solo en la escuela o universidad, sino también en la vida. Deberás acostumbrarte a ellos.
Por lo tanto, reúne fuerza y entrégate a la exposición. Seguro te irá mejor de lo que puedes llegar a imaginar.
Si este tipo de instancias te genera ansiedad, te recomiendo que leas el artículo sobre cómo superar el miedo a los exámenes.
Recursos adicionales para aprender a hablar en público
Si el tema de hablar en público te preocupa o si simplemente quieres aprender más, vamos a conocer algunos recursos extra que pueden ser de tu interés.
Libros para aprender a hablar en público
De esta temática hay toda una serie de libros. En el artículo 6 libros para aprender a hablar en público y hacer presentaciones te presento los que se consideran los más importantes, al menos de habla hispana.
Te recomiendo que les eches un vistazo. Pueden ser de gran ayuda para ti.
Cursos online para aprender a hablar en público
Si los libros no son lo tuyo y prefieres ver a alguien explicando un tema, entonces puedes explorar los siguientes cursos online.
- Oratoria: encuentra tu voz para hablar en público. Este es un curso de la plataforma Doméstika, a cargo de Dasha Dollar-Smirnova, coach de oratoria. Tiene una duración de 1 hora y 38 minutos en video y aborda los temas más importantes sobre oratoria.
- Oratoria avanzada: Cómo hablar en público con elocuencia. Este es un curso de la plataforma Udemy. Tiene una duración de cuatro horas y media.
Pierde el miedo a las presentaciones orales
Es normal tener algo de miedo a los exámenes y presentaciones orales. Espero que los tips que te presenté en este artículo te ayuden a superarlo.
Recuerda que estudies la carrera que estudies, en algún momento de tu carrera académica o profesional vas a tener que hablar en público ante una audiencia. Así que es mejor que te vayas acostumbrando, sin miedo y con optimismo.
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